Cuando me enteré que estaba embarazada teniendo 18 años sentí que mi vida se había venido abajo, que seria una gran decepción para mis padres quienes querían que estudiara y fuera una profesional antes de formar una familia; pero gracias a Dios no estaba sola, tenia el apoyo de mi pareja y por supuesto que mis padres también estuvieron siempre a mi lado en esta etapa de mi vida.
Tomé la decisión de continuar con mis estudios y estoy segura que si no lo hubiera hecho me estaría arrepintiendo aun de no haber seguido adelante con ellos. Tuve mi hijo, me gradué e inmediatamente comencé a trabajar, lo único que me duele de haberlo hecho tan pronto es que me perdí muchos momentos importantes del crecimiento de mi hijo pero lo deje tranquila porque siempre ha estado a cargo de mi mama quien lo cuida y quiere como si fuera suyo, eso si, sin dejar toda responsabilidad en ella.
Aunque mi hijo es lo más maravilloso que tengo se que si hubiera pensado mejor las cosas, si hubiera sido responsable habría esperado más tiempo para tenerlo, porque esta experiencia cambió por completo el rumbo de mi vida.
Invito a todas las mujeres jóvenes para que piensen bien antes de actuar, para que miren las consecuencias que nos trae el tener un hijo tan apresuradamente, porque a partir de que lo concebimos esa personita pasa a ser lo mas esencial en nuestras vidas; esto no quiere decir que sea malo, sino que seria mejor si nos superamos primero antes de emprender el camino de ser mamá y todo lo que implica adquirir esa tarea tan ardua pero a la vez tan gratificante.
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